domingo, 17 de marzo de 2013

VIII CONCURSO CLARA CAMPOAMOR

En este VIII concurso literario Clara Campoamor, organizado por el Centro Municipal de Información a la Mujer y la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de la Puebla del Río, en la modalidad de relato corto, la ganadora ha sido:

Paula Casero Guinea

Con su obra: 
"Un viaje a Kenia"



¡Felicidades, Paula!

 

No dejéis de leer el relato...¡¡¡Merece la pena!!!



                          EL VIAJE A KENIA

Este año me han regalado un cuaderno, no un cuaderno para el colegio, sino para apuntar lo que veo, lo que pienso, las cosas que me pasan…creo que se llama diario. Yo hubiera preferido  un balón de fútbol o una muñeca pero… bueno, da igual, me conformo. Acabará gustándome.

A mamá le encanta participar en todos los concursos en los que el premio es un viaje, y si es familiar, mejor.
En  el último que participó sorteaban un viaje a Kenia para tres personas.
Un día, a la hora de comer sonó el teléfono. Como siempre, lo cogí yo pensando que era mi amiga Sara .Preguntaban por mamá, bueno en realidad por “la señora de la casa”.
De pronto mamá empezó a gritar y a saltar.
- ¿Qué ocurre, mamá? Pregunté.
- ¡Nos ha tocado el viaje a Kenia! ¡Biennnnn!
 Cuando mamá colgó el teléfono casi no podía hablar de la emoción.
-¡Anda, para que os metáis conmigo cuando participo en los sorteos! Dijo mirando a papá, que siempre le decía que perdía el tiempo porque nunca tocan esas cosas.
 -Entonces, ¡nos vamos de viaje! dije yo toda ilusionada, será la primera vez que me subo a un avión y.... ¡Estoy deseando! ¡Qué bien! ¡Yupii! Gracias, mamá.

Hasta el día del viaje estuvimos todos como locos organizándolo, buscamos en Internet  información sobre Kenia,  que cosas podríamos ver allí, las costumbres de la gente, que equipaje íbamos a llevar …todo.
Pasaron los días y por fin llegó la fecha esperada: 25 de Julio.
Volamos de Sevilla a Madrid y de allí a Kenia.

Volar es como una atracción, te dan el desayuno, la comida y la cena. Libros, periódicos y otros pasatiempos. Un hombre, hace gestos para indicarte donde están las salidas de emergencia, donde están los salvavidas, como hay que ponerse la mascarilla de oxígeno ….. Todo en  muchos idiomas. Mamá me ha dicho que se llama azafato o azafata si es una mujer.
¡Me gustaría ser eso de mayor!  Así siempre estaré viajando subida en el avión porque volar es ¡¡¡¡ chulísimo!!!!.


Llegamos al aeropuerto de Kenia.¡ Qué viaje tan largo! La verdad, ya estaba un poco cansada de tanto avión…. Entramos en la cafetería del aeropuerto  para refrescarnos, hacía mucho calor…
Después llegamos al hotel . Al día siguiente empezaríamos el recorrido que la agencia de viajes  nos había organizado , ¡estaba deseando! Cogeríamos otro avión hasta el suroeste del país y una vez allí daríamos una vuelta para situarnos y contemplar la belleza del lugar….


Nos subimos en un coche tipo todoterreno con un grupo de personas y empezamos el trayecto. Había un montón de baches,  vimos elefantes agarrados de las colitas, leones descansando, cebras bebiendo, jirafas comiendo de las copas de los árboles…
Y… llegó la hora de hacer un descanso y refrescarnos un poquito en  unas cabañitas muy acogedoras.
 Al bajar del coche, una bolita que llevaba en el bolsillo, se me cayó al suelo y empezó a rodar y a rodar y yo la perseguía para cogerla. Era mi bolita de la suerte y siempre la llevo conmigo.
-¡Vaya, que mala pata! No podía alcanzarla.
Llegué a una gran cuesta por la que la bolita rodaba. Bajé rápido para no despistarme del grupo , pero tropecé y entonces… comencé a rodar yo también.
Conseguí coger la bolita  pero yo seguía rodando sin parar  por aquella inmensa cuesta. Cuando paré y miré hacia arriba, para ver si podía subir, vi que era enorme, y aunque lo intentaba no lograba  pasar de la mitad.
 Cuando había conseguido subir un poquito, alguien ,de pronto,  me tocó el brazo y me asusté mucho, casi no veía nada con ese sol tan brillante,
pero…¡ menos mal! era una persona y no un animal salvaje…. Pensé que estaba salvada.

No era nadie de mi grupo, era un niño de piel oscura que me llevó con él hacia abajo cogida de la mano.
Yo  intenté decirle que no quería alejarme del grupo pero ni hablaba mi idioma ni me entendía. Me llevó al lugar donde se encontraba su tribu, y   debieron confundirme con uno de ellos porque, de rodar por la cuesta, me había llenado de  barro y  como soy morenita, me parecía un montón a ellos.
Me quedé junto a una piedra, quieta,  observándolo todo con curiosidad.




Era todo muy diferente a lo que yo estoy acostumbrada a ver. Las casitas eran como pequeñas montañas con la cima redondeada, parecían  hechas de barro. Más tarde me enteré de que en realidad no es barro de lo que están hechas sino de excrementos de vaca y paja   ¡ ya me parecía a mí que había un olor extraño! Estaban dispuestas en forma de círculo y las construían las mujeres con ayuda de sus hijas pequeñas.

Un grupo de  mujeres y  niñas machacaban  granos sobre una piedra para molerlo  y con otra lo iban arrastrando  hacia fuera hasta formar un montón.
Después lo metían en una olla grande, echaban agua, daban vueltas con un palo  y hacían una pasta que más tarde cogerían  con las manos para comer.

Más lejos otras  mujeres trabajaban la tierra, al mismo tiempo que cargaban con sus bebés en la espalda.

Otras regresaban de buscar agua  bajo el sol abrasador, descalzas por la arena ardiente y llevando sobre sus cabezas grandes garrafas.
¡ Qué difícil mantenerlas en equilibrio para  que no se caigan!

Algunas más se ocupaban del ganado, ordeñaban las vacas.
Y un grupito lavaba ropa. Todas estaban ocupadísimas.
No me puedo creer que lo hagan todos los días de su vida , es increíble…. 
Mientras, los hombres permanecían reunidos, hablando, bebiendo y riendo.
Las mujeres de esa tribu son  responsables de todas las tareas domésticas: cuidan a los hijos, recogen agua y leña, preparan la comida, cuidan a los animales, ordeñan las vacas… y también construyen sus  casas. Son muy delgadas, altas, sin apenas pelo . Llevan muchos collares vistosos alrededor del cuello y una especie de vestido rojo .

De pronto, recordé las palabras del guía cuando relató que es muy típico  aquí que los hombres se tatúen todo el cuerpo y que las mujeres se rapen,  se pongan unos pesados pendientes de piedras y un collar tan grande como mi cintura.
 Ese día yo llevaba el pelo recogido detrás ,  de tanto rodar se me había quedado casi pegado, y mamá me había puesto un  vestidito  rojo….¡Sí! me parecía un poquito  a ellas….


Estuve en silencio todo el tiempo .Cuando empezaba a anochecer una joven de la tribu danzaba en el centro de una gran rueda formada por todas las mujeres. Era la ceremonia para adornar a las niñas que cambiaban de grupo de edad.
La joven, iba buscando con la mirada niñas de unos 14 años de edad. Cuando localizaba alguna, giraba a su alrededor y dando saltos la iba colocando en fila, para después  raparla y colocarle los pendientes junto con  otros adornos .De repente, me di cuenta de que se había fijado en mí…

Antes de que la danzarina se acercara corrí hacia el río para lavarme rápidamente  y librarme de que  me pusieran los pesados pendientes, que  se  colocaban  justamente en el cartílago y… de raparme la melena.
Cuando me lavé, se dieron cuenta de que no era un miembro de la tribu pero no se lo tomaron  mal…Pronunciaron unas palabras y comenzaron a  colocarme  el collar…. estaban a punto de raparme cuando   escuché una voz  que me llamaba:
- Isabel!!!!!!!!!!!!! Isabel!!!!!!!!
-Estoy aquí!!!!!!!!!!!!!!!!!!!  contesté y acudieron a mí muy rápido. Eran mis padres y otras personas del grupo que me habían encontrado. Me abrazaron, me besaron y mi madre  dio  las gracias al jefe de la tribu, que por cierto, era  la tribu de los Maasai.

Cuando regresé al hotel, después de comer y darme una ducha para relajarme, escribí en mi diario:
“Hoy he podido ver con mis propios ojos cómo viven y trabajan las mujeres Maasai. Son el verdadero motor de la vida de su tribu, ya que ellas se encargan de todo, haciendo un gran esfuerzo porque los demás sean felices. Sin perder nunca la sonrisa.”
 Y me di cuenta de que en el fondo  no eran muy diferentes de la mayoría de  de las  mujeres que yo conozco, pues día a día, gracias a su trabajo y entrega a los demás, consiguen hacer la vida  más fácil y feliz a todos los que las rodean!


FIN




Y enhorabuena a tod@s l@s niñ@s de 4º, 5º y 6º que han participado en este concurso, quienes han recibido un diploma y gracias a l@s cuales, nuestro colegio ha recibido ste diploma por nuestra labor coeducativa:








No hay comentarios:

Publicar un comentario